Existen mil y una formas de realizar esquejes de plantas de interior. El método más común consiste en provocar el arraigo de un fragmento de tallo.
Los tejidos vegetales que mejor se regeneran son los que aún son jóvenes, sanos y ricos en agua.
Elija siempre para el esquejado un brote terminal vigoroso, que no presente ninguna deformación, ni la menor señal de parasitismo.
¿Qué plantas se esquejan?
Las más fáciles de esquejar en casa son las plantas de tallos blandos no lignificados: cóleo, balsamina, hiedra, etc. Pueden esquejarse todo el año.
Las plantas granes de tallos más duros son un poco más delicadas de esquejar. Esta operación debe realizarse dese junio hasta mediados de septiembre, ya que los tejidos cortados forman más fácilmente raíces durante esta fase de crecimiento activo.
Observe algunas excepciones: las palmeras y las cicadáceas no se esquejan, ya que el tallo sólo posee un botón terminal.
Los helechos, que forman matas de hojas en lugar de tallos, no se logran mediante esquejado. Lo mismo sucede con las plantas anuales, cuyos tallos mueren tras la floración.
Esquejado de una Piña.
¿Sabes que se puede esquejar la corona de hojas que se encuentra en la parte superior de una piña (Ananas)?
Formará con el tiempo una impresionante roseta de hojas espinosas, pero no tendrá el follaje variegado de la piña propuesta como planta de interior.
Elija un bello fruto bien fresco, cuya corona de hojas no presente señales de sequedad. Corte a 2 cm bajo la mata de hojas, con la coronilla superior del fruto. Deje secar el corte 24 horas para evitar que esté demasiado húmedo y corra el riego de pudrirse.
Colóquelo luego en la superficie de una maceta llena de sustrato para esquejes, hincando ligeramente la parte superior del fruto. Riegue sin excesos y tape la maceta con plástico transparente, sobre un arco, para crear un ambiente cálido y húmedo. Coloque la maceta bajo una fuente de luz, y riegue por inmersión.
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