Ya lo dice el refrán: “marzo ventoso y abril lluvioso sacan a mayo florido y hermoso”. Desde siempre, mayo ha sido el mes de las flores, de los perfumes florales, de la riqueza polícroma de la floración; un mundo de colores y texturas que encuentra su cénit en el quinto mes del año.

Las flores de mayo

Tras superar el frío y lluvioso invierno, la primavera se abre camino en abril para alcanzar su plenitud en el mes de mayo. Es entonces cuando el césped destaca por su vivo color verde y los prados se llenan de intensos olores. Los paseos por jardines o parques nunca son tan agradables como en estos días.

En mayo florecen multitud de plantas y especies de temporada, muchas de ellas procedentes de tubérculos. La vida más hermosa resurge en los pétalos de narcisos, jacintos, tulipanes y un sinfín de vegetales.

Existe una curiosa lista de ejemplares botánicos que llevan por nombre flor de mayo. Quizá la más famosa sea la orquídea Cattleya mossiae, símbolo nacional de Venezuela. Esta planta es conocida popularmente como flor de mayo, debido a que en el siglo XIX era ampliamente utilizada para adornar la Cruz de Mayo, tradición de la que hablaremos más adelante.

Además de ésta, en Gran Canaria sobrevive un endemismo propio conocido también como flor de mayor: Pericallis webbii. Al otro lado del charco, florece el género Plumeria, del que existe un ancestral mito conocido como Nicté o la Leyenda de la Flor de Mayo.

Las tradiciones florales de mayo

El mes de mayo como símbolo de pureza y florecimiento viene existiendo desde tiempos inmemoriales. Ya los romanos celebraban las Floralias entre finales de abril y principios de mayo. Se trataba de unos festejos consagrados a Flora, la diosa de las flores, la vegetación y la fertilidad.

Posiblemente, estas atávicas celebraciones fueran la razón, en parte, de que el mes de mayo esté dedicado a la Virgen María en la sociedad occidental. Es muy común hacer ofrendas florales a la madre de Cristo durante estas fechas tan señaladas.

Pero si hay alguna festividad destacada en este mes, esas son las Cruces de Mayo, originarias de las Festividades de Mayo, las cuales rendían culto a la naturaleza en el tiempo medio de la primavera.

Además de lo expuesto, son muchos los eventos de mayo relacionados con las flores, como por ejemplo las Fiestas de las Flores de Girona, la Batalla de las Flores de Córdoba o la Semana de la Floración del Manzano de Asturias.

Mayo, el mes de las flores

Son varias las razones por las que considerar a mayo el mes de las flores, momento en el que el clima es benigno y las pretéritas lluvias posibilitan la proliferación de flores, insectos e incluso el apareamiento de muchos animales. Porque sencillamente, mayo es la temporada del florecimiento.

Después de intensos cuidados y un esfuerzo inconmensurable, los parques muestran todo su esplendor con el inicio del quinto mes del año. La vistosidad confluye en el desarrollo de lirios, camelias, peonías, jazmines, hortensias, geranios, dalias, alhelíes y un largo etcétera, culminado por los frutos nacientes de árboles y arbustos.

En cualquier caso, el repertorio de plantas que florecen en mayo es inmenso, haciendo infinitas las posibilidades de color, olor y textura. Cada jardín se convierte en esta época en un pequeño edén, en un recatado oasis dentro de la vida tan ajetreada que llevamos.

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