Aunque el invierno pueda parecer una estación lúgubre, oscura y gris, la naturaleza, con la diversidad como estandarte, ha hecho proliferar especies florales que se desarrollan incluso en los meses más fríos del año. Son una pieza fundamental para llenar de alegría y colorido nuestras casas cuando el viento, la lluvia y la nieve afloran en el exterior.
Por ello, en este artículo vamos a mostraros las flores más bonitas del invierno, de tal forma que podáis ornamentar vuestras viviendas y vuestros jardines con estas plantas y ramos tan bellos. Porque, en verdad, la etapa invernal es también apropiada para el florecimiento y cultivo de muchas plantas y arbustos, lo que atestigua la fuerza tan perdurable del reino vegetal.
¿Quieres conocer las flores más hermosas de todas? Entonces, sigue leyendo.
La flor de pascua
Símbolo de la Navidad y la flor de diciembre, la flor de pascua, nochebuena o poinsetia es una planta decorativa apreciada por los singulares colores de sus hojas y brácteas. La combinación del verde y el rojo es la más abundante, aunque también existen especies en rosa, blanco y amarillo.
La flor de pascua florece de diciembre a febrero, por lo que es un regalo muy común en las Navidades, convirtiéndose en un bello inquilino para los meses más fríos del año. Cuidar de una poinsetia no es fácil, pero si se siguen ciertos consejos y precauciones, puede resistir muchísimas semanas.
Las camelias
El rosa, el blanco, el rojo y el amarillo son los colores más llamativos de las camelias, flores procedentes de Asia que ya inmortalizó Alejandro Dumas en su obra más prestigiosa: La Dama de las Camelias.
Este magnífico arbusto puede florecer a finales del otoño, en el invierno y a principios de la primavera; por lo que la estación invernal es el momento culminante del desarrollo de estas flores. De diámetro considerable, resultan muy atractivas tanto para engalanar jardines y patios como para el interior de una vivienda.
La gordonia
Esta extravagante y curiosa flor originaria de Asia llama la atención por sus blancos pétalos de gran tamaño, que la sitúan como una planta ornamental perfecta para los meses más fríos. Su floración se sitúa a finales del invierno.
La gordonia pertenece a la misma familia que la camelia, por lo que su parecido es más que notable. Desgraciadamente, su cultivo, más complicado, la ha relegado a un segundo puesto entre las flores invernales, a favor de las camelias.
Los crisantemos
Aunque la tecnología moderna permite cultivar crisantemos en cualquier época del año, su floración natural se sitúa a finales de noviembre y a principios del invierno.
Es, además, la flor simbólica del otoño y una joya visual gracias a los numerosos flósculos de vivos colores que adornan la corola. Asimismo, no necesita onerosos mantenimientos para resistir el invierno al aire libre. Por esta razón, es muy común encontrar ramos de crisantemos en los meses más fríos del año.
El narciso
También el narciso puede encontrarse en las floristerías a lo largo de todo el año. Sin embargo, esta flor oriunda de Europa florece en las últimas semanas del invierno y en las primeras de la primavera.
Debido a ello, es un regalo muy prometedor en marzo, mes al que simboliza. Sus colores amarillos y blancos evocan tanto alegría como dicha. Representa, asimismo, el renacimiento y las nuevas oportunidades.
Los claveles
Esta reconocida, variada y floreciente flor se desarrolla a lo largo de todo el año en multitud de colores y fragancias, que hacen de ella una opción magnífica para engalanar interiores.
El clavel está considerado una flor de invierno y se asocia tradicionalmente con el primer mes del año. Cultivada desde hace milenios, se pueden encontrar ejemplares rojos, blancos, rosas, amarillos y, también, bicolores. Una larga variedad que hacen de él una flor irremplazable del invierno.
Dafne
Esta planta leñosa no tan popular como las anteriores es, sin embargo, una de las mejores alternativas para embellecer los jardines en invierno. Cubierta de encantadoras inflorescencias rosadas, su único defecto radica en que es venenosa. Todavía así, sólo es inocua cuando se injiere.
La dafne florece a finales del invierno, tras resistir las más fuertes heladas. Además como flor cortada, se mantiene viva y colorida durante mucho tiempo, siempre que se conserve en agua.
La hortensia de invierno
Tal y como su nombre indica, la floración de esta planta comienza en el periodo invernal, pudiéndose alargar durante la primavera. La hortensia de invierno es una planta rústica utilizada en jardinería exterior para cubrir paredes y suelos.
Gracias a que soporta fuertes heladas, no es difícil vislumbrar sus tonos rosados egresar entre la nieve y la lluvia. Una planta muy llamativa que nada tiene que envidiar a las hortensias estivales.
Abriéndose paso en el frío
Aunque no son de floración puramente invernal, los pensamientos, tulipanes y jazmines también se comercializan durante estas fechas. Pueden desarrollarse durante esta estación y mantenerse vivas, coloridas y fuertes en la primavera. Son otra alternativa a las camelias, narcisos, claveles, poinsetias y otras muchas variedades florales que hemos comentado en este artículo.
Lo cierto es que el invierno no es una estación estéril y desolada, donde el manto arbustivo del reino vegetal pierde sus hojas y las flores silvestres mueren soterradas bajo la nieve. En realidad, en el invierno también germinan recios arbustos y tiernas plantas, cuya floración produce preciosas y ornamentales flores, tan apropiadas para engalanar el jardín como para ofrecer como regalo.
Las flores más bonitas del invierno son, en definitiva, una oportunidad más para disfrutar de la hermosura de nuestra naturaleza, y conocer, también, como la vida se abre camino a través de los climas más severos.
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