Cuenta la leyenda que Jacinto un joven y bello atleta griego tenía enamorado a toda la urbe. Un día fatídico en el que Jacinto estaba participando en unos juegos olímpicos ocurrió algo sorprendente, Jacinto lanzó el disco con tan mala suerte de que fue con gran rapidez y directamente hacia el dios Eolo que estaba en la grada viendo el espectáculo, Eolo sin pensarlo sopló una gran ráfaga de aire que impulsó al disco hacia la cabeza de Jacinto dejándolo inconsciente para luego más tarde acabar con su vida. El público conmocionado lloraba por la pérdida de tan gran deportista. El dios Apolo que tanto lo quería y tan enamorado estaba de el, lloró y lloró dejando sus lágrimas caer en el suelo sobre la tierra de la cual comenzaron a brotar unos tallos verdes con unas bonitas flores de color lila. A partir de ahí toda la gente quería tener de esas flores tan curiosas y le llamaron jacintos en honor al hermoso atleta.

Los jacintos son tallos verdes con flores carnosas y erectas de unos 23 cm. de longitud. Las flores se encuentran al final del tallo y las encontramos arracimadas alcanzando los 4 cm., de colores muy diversos, las puedes encontrar en blanco, en rosa y en azul violáceo.

Proviene de Turquía y de Grecia pero en la actualidad Holanda cultiva el 95% de la producción mundial.

Si la quieres cultivar el suelo debe ser rico en materia orgánica y bien drenado con un pH de 6 a 7. Los bulbillos deben cultivarse durante tres años, hasta que alcancen el tamaño suficiente para dar flores. Cava bien el terreno antes de plantar los bulbos y colócalos a unos 10 cm. de profundidad. Asegúrate de que le va a dar el sol durante todo el día. Cada año planta bulbos nuevos para obtener flores de la mayor calidad. Estas flores las verás plantadas en jardines, en balcones, en jardineras etc. porque son muy vistosas y decoran muy bien cualquier lugar. También se cultivan industrialmente para extraer su esencia. En las floristerías se venden como flor cortada para colocarlas en jarrones, dan un toque chic a cualquier ambiente.

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