Hoy en día, la gran apuesta de los interioristas es unificar formas y colores, buscando una armonía doméstica en la que pequeños y distantes adornos ponen un acento de distinción. Flores, plantas y ramos son una de las claves en este tipo de decoración hogareña. Pero, como todo, no puede tomarse a la ligera, puesto que no es una ornamentación secundaria o de poca importancia.
De hecho, conseguir que un ramo de flores armonice con la habitación, sólo es posible con un recipiente adecuado en el que exponer el motivo. Por eso, en este breve artículo queremos ofrecerte algunas pistas para saber cómo elegir el jarrón perfecto para un ramo de flores.
Con estos pequeños consejos, podrás brindar a tu casa ese toque exótico que necesita, gracias a la combinación propicia de flores y floreros.
Casi tanta variedad como en la naturaleza
Aunque los géneros de flores y plantas del reino vegetal se cuentan por millones, también son numerosos los recipientes ornamentales en las que descansan estos regalos de la naturaleza. Y es que son tantos los tipos de jarrones, floreros, vasos y otros receptáculos, que resulta muy difícil optar por el más adecuado.
Lo que parece indiscutible, es que dichos recipientes son responsables de parte de la gallardía y hermosura de las flores. Sin un jarrón apropiado, los ramos y bouquets pueden aparentar mediocridad o, en el peor de los casos, un mal gusto por parte del anfitrión.
Por eso, vale la pena considerar cada uno de los atributos de los jarrones antes de designar el más apropiado. Los floreros abundan tanto en colores como en tamaños, y por supuesto, en materiales y decoraciones. El diseño es otra de las facetas primordiales, puesto que no es lo mismo un recipiente con la abertura inclinada que otro con un embudo más cerrado.
Para no pasar por alto
Afirmada la ingente cantidad de recipientes destinados a contener ramos de flores, vale la pena realizar ciertas consideraciones antes de decantarse por uno.
Te explicamos algunas:
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El jarrón tiene que adaptarse a la forma del ramo de flores. Por eso, el diseño del recipiente dependerá directamente de la apariencia de las flores. Es decir, nunca hay que comprar el jarrón antes que las flores.
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Hay que conocer bien la gama de colores que desprende el ramo de flores, para descartar las tonalidades del jarrón que pudiesen desentonar.
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Considerar los colores predominantes de la sala donde se colocará el jarrón y el ramo de flores. El recipiente tiene que armonizar tanto con las flores como con la estancia.
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Conocer el número aproximado de flores que conformará el ramo. Del volumen de éste dependerá la elección del jarrón.
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Evaluar la altura, longitud, anchura y tamaño de tallos y pétalos, puesto que estas medidas incidirán proporcionalmente en el diseño del jarrón.
Una vez considerados estos puntos, el usuario se encontrará en disposición de escoger el jarrón perfecto.
Algunas reglas a tener en cuenta
Se puede decir que elegir el jarrón para un ramo de flores es todo un arte. Para empezar, vale la pena utilizar la sencilla regla de los tercios: básicamente, la tercera parte de un ramo debe estar contenida en el interior del recipiente, mientras que los otros dos tercios deben sobresalir desde el borde del jarrón. De esta forma, nos aseguramos que el receptáculo no oculte la vistosidad de las flores.
Una vez asimilada esta proporción, se debe atender a la forma del recipiente. Los jarrones redondeados son adecuados para flores de pétalos débiles y ligeros y tallos poco consistentes. Un ejemplo clásico son las anémonas.
Por su parte, los jarrones cónicos son ideales para esos bouquets salvajes, asilvestrados, que despiden mucha abundancia, pasión y romanticismo. Para ramos alargados o flores unitarias, los jarrones de forma cilíndrica son los más adecuados, ya que acompañan galantemente a la longitud del contenido.
Tan importante como el tamaño y la proporción del jarrón, es el material en el que está confeccionado. La cerámica es quizá la materia más explotada, debido a la enorme variedad de diseños y colores que se pueden conseguir con ella. No obstante, no hay que decantarse por decoraciones demasiado ostentosas, puesto que podría robar protagonismo al ramo de flores.
Los floreros de cristal son también una opción predominante, y casi siempre, un acierto, porque la transparencia del recipiente refuerza la belleza del ramo. Los más osados pueden dejar volar la imaginación y utilizar receptáculos reciclados como peceras, vasos o tarros a modo de improvisados floreros.
Finalmente, y relacionado con el punto anterior, el color es el último de los eslabones a la hora de elegir el jarrón perfecto. En el caso de no decantarse por un material diáfano, se debe hallar un matiz que no desentone con el color principal del ramo. Buscar los contrastes suaves o incluso reforzar la misma tonalidad, es siempre la mejor elección.
Encuentra el jarrón perfecto para tu ramo de flores
Con todo, esperamos que con estos consejos encuentres el recipiente ideal para tu ramo de flores, y te invitamos a revisar nuestro catálago en busca de él. Recuerda mantener las proporciones, tanto en medidas como en colores.
Para flores de tallos altos y delgados lo más adecuado es un jarrón de vaso alto con abertura curvada, mientras que para ramos altos de pétalos gruesos lo mejor es un jarrón voluminoso y de bastante estatura. Los floreros cortos son ideales para flores unitarias, mientras que los recipientes redondeados o rectangulares armonizan muy bien con tallos menudos, pétalos apretados de distintos colores y arreglos silvestres como hojas o frutas.
En resumen, los jarrones son un motivo imprescindible a la hora de adornar con flores los espacios de la casa. Un elemento que no hay que dejar pasar desapercibido y que dará al hogar el toque exclusivo que necesita.
Estamos seguros de que hallarás la combinación perfecta entre jarrones y flores y, naturalmente, estaremos deseosos de ayudarte con cualquier duda que puedas tener. ¡Muchas gracias!
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