Flores de color rojo.
Flores cuyos clores van del rosa suave al púrpura y rojo violeta, pasando por el carmín intenso y el lila pálido.
Las flores de color rojo puro no se dan en los bosques. Ello es debido a que la mayoría de los insectos que las visitan no pueden percibir la franja roja del espectro solar. Los tonos rojos suelen estar mezclados con otros colores, de suerte que unas veces parecen púrpura intenso, otras rosa, en ocasiones violeta rojizo y en algunos casos hasta rojo verdoso o lila claro. En algunas especies se va difuminando el color de forma progresiva hasta llegar al azul intenso, porque las flores cambian de color en el curos de pocos días.
Flores de color blanco.
En realidad, el blanco no es ningún color floral según las estrictas normas de la Física. El blanco radiante de las flores se debe a la filtración de minúsculas partículas luminosas en el tejido de los pétalos, los cuales se transforman en pulidos espejos que no hacen sino reflejar toda la luz solar que incide en ellos. El blanco puro de las flores se rompe sólo cuando los pétalos tienen un ligero toque de delicado rosa o llevan algo de amarillo. La coloración blanca es una de las que más éxito tiene en la oscuridad del bosque. Las rutilantes manchas sirven de orientación a las mariposas nocturnas, incluso después del anochecer.
Flores de color azul.
El color azul aparece en toda clase de tonos y matices en las flores el bosque. El azul intenso de algunas especies de verónicas está acompañado del azul cielo de las campanuláceas y de los diversos tonos azulados de las violetas. Y sin embargo, no sabemos a qué es debido que las flores nemorales de color azul escaseen en el conjunto de la flora autóctona, si bien su número es más que suficiente para satisfacer la curiosidad del observador más exigente.
Flores de color amarillo.
El color amarillo de las flores del bosque presenta una escala cromática increíblemente amplia, que va desde el amarillo oro de la lisimaquia punteada, hasta el amarillo blanquecino de algunas plantas del género Melampirum, pasando por el elegante amarillo pálido de las flores de la digital amarilla, todos ellos acompañados de un sinfín de tonalidades intermedias. El amarillo es mucho más luminoso que el azul o el rojo, y por eso es mayor su presencia relativa entre las flores del bosque. En algunas flores amarillas se consiguen efectos añadidos muy especiales: la celidonia menor, por ejemplo, y sus parientes próximos tienen pétalos pulidos como un espejo, lo que hace que toda la flor brille como un punto luminoso.
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No tenia conocimiento de esta información, ma ha parecido muy interesante.
Gracias por la información.
Muchas gracias por tu comentario.
Pondremos más noticias en este canal relacionadas con las flores y las plantas.
Gracias y que tenga un buen día.
Saludos.