La verdad es que no estamos hablando de algo sencillo, además es un sistema que solo es rentable para los grandes laboratorios con mucho mercado y bien preparados, pero es cierto que tiene muchas aplicaciones que son de mucha utilidad.

En el cultivo in vitro para plantas se utilizan diferentes técnicas destinadas a multiplicar vegetales.

De las muchas utilidades que tiene el cultivo in Vitro, una de las más importantes puede ser la propagación masiva de plantas que están en vías de extinción. Otras funciones pueden ser para multiplicar plantas que son difíciles de propagar por otros métodos, para copiar (clonar) plantas que tienen características muy buenas, o para tener una plantación libre de virus.

Para poder utilizar estos métodos y que tengan éxito hacen falta unas condiciones especiales. Deben estar ajenas a contaminaciones ya que es uno de los principales problemas, el cristal debe ser de la mejor calidad y permitir un intercambio de gases. Las mezclas de agua, azucares y reguladores de crecimiento tienen que ser perfectas. En definitiva, estos métodos solo pueden tener éxito en laboratorios preparados para ello.

Lo que si podemos hacer nosotros de una forma más casera es experimentar una reproducción in vitro en nuestro hogar. Si cortas el tallo de una rama y lo pones en agua, en unos cuantos días comienzan a salir raíces y vuelve a crecer una planta igual que la original. Es un ejemplo muy claro y una forma de entender que las plantas tienen esta facilidad para reproducirse, cosa que por ejemplo con los animales es mucho más complejo.

Siempre nos gusta cuando hablamos de algo más técnico, poner un ejemplo casero para que se pueda entender mejor y de una forma más sencilla la base de la idea de la que estamos hablando aunque no sea exactamente lo mismo.

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