En el entorno natural encontramos diferentes y numerosas especies, entre ella una de las más bonitas que existen y que adornan nuestro espacio natural, las flores. Si no conoces como están formadas y la función que tiene cada una de sus partes vas a descubrirlo a continuación.
Cuando nos fijamos en las flores lo primero que vemos son los pétalos, esto no sucede por casualidad, lo que ocurre, es que con la belleza y colorido de éstos las flores intentan atraer a los insectos polinizadores como son las abejas o las mariposas.
Lógicamente también consiguen llamar nuestra atención y hacen que la vista se nos vaya a ellos. Los hay de miles de formas y colores diferentes.
Justo debajo de los pétalos, aparecen los sépalos. Normalmente son verdes y su misión es proteger a la flor antes de que comience la floración. Es lo que conocemos todos como hojas.
Las flores pueden tener una parte masculina y otra femenina. A veces solamente una de ellas y otras las dos. La parte masculina se llama estambre. El estambre está compuesto por la antera y el filamento. La antera es la encargada de producir el polen y el filamento es la parte del estambre que sujeta a la antera.
La parte femenina se llama gineceo. El gineceo está compuesto por el estigma, el pistilo y los ovarios. El estigma de las flores tiene una misión que es capturar el polen que va en el aire y sostenerlo. Por eso tiene un tacto pegajoso para poder conseguirlo. Una vez el polen es capturado por el estigma, pasa por el pistilo que tiene forma de botella y contiene los óvulos en su interior. Comienza entonces la fertilización en los ovarios que es el lugar donde se desarrollan la semillas.
Otra parte de las flores son los pedúnculos. Estos unen la flor con el tallo.
Una vez que habéis conocido como están formadas las flores con todas sus partes y la funciones que desempeñan cada una de ellas, podéis observar algunas flores por el campo detenidamente y ver con todo detalle lo que habéis aprendido.
A menudo vamos muy deprisa y no nos fijamos en los maravillosos detalles que nos ofrece la naturaleza, pero merece la pena pararnos de vez en cuando a observar y aprender de ella.
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