Planta vivaz herbácea, muy ramificada, con tallos con sección cuadrada, muy tiernos e impregnados de savia.

Origen: Java, Asia tropical, África.

Hojas: dentadas, ovaladas o acorazonadas, en una planta de coloridos infinitos (amarillo, rojo, púrpura, verde claro, blanco) con diseños variados.

Flores: en verano aparecen discretas espigas de flores tubulares azules bastante bonitas.

Luz: para conservar sus colores, el cóleo necesita una luz intensa. Colóquela a unas decenas de centímetros de un gran ventanal, sin cortinas si se encuentra orientado al norte. En verano, evite el sol demasiado fuerte pues puede quemar el follaje.

Sustrato: turba, mantillo y tierra de jardín a partes iguales.

Abono: dos veces al mes, desde abril hasta agosto.

Humedad ambiental: coloque la planta sobre una capa de gravilla húmeda. La vaporización mancha el follaje.

Riego: riegue abundantemente y con frecuencia, para conservar el sustrato siempre húmedo.

Trasplante: en primavera y luego en el trascurso de la temporada vegetativa, si la maceta de origen se ha quedado demasiado pequeña.

Exigencias especiales: en verano se puede sacar el cóleo al jardín o al balcón.

Tamaño: de 20 a 60cm de alto.

Multiplicación: los fragmentos de tallos arraigan en un vaso de agua, a temperatura ambiente.

Longevidad: es difícil que sobreviva al invierno. Si no muere, pierde sus hojas y deja de ser decorativo. Es preferible renovar el cultivo cada año con plantones jóvenes.

Plagas y enfermedades: moscas blancas en el envés de las hojas. Los pulgones se instalan sobre los brotes jóvenes y puedes invadir la planta en dos semanas, y causar importantes daños.

Especies y variedades: Coleus blumei dio cientos de híbridos, la mayor parte de ellos sin denominación.

Consejo: pince los tallos jóvenes. Gire la maceta un cuarto de vuelta cada semana para que aproveche bien la luz.